Las tortugas están “diseñadas” de naturaleza para soportar los cambios climáticos que se van gestando a lo largo del año.
Esto incluye una inminente preparación para la llegada del invierno donde las temperaturas bajan y los alimentos escasean.
Las tortugas son animales que hibernan en su hábitat natural, por lo que es muy probable que vean modificado su comportamiento cuando estas fechas se acercan y eso incluye su alimentación.
Vamos a ver todos los detalles que engloba este entretenido tema en las siguientes líneas ¿nos acompañas?
¿Qué tipo de tortugas no comen durante el invierno?
Las tortugas que no comen durante el invierno son aquellas nativas de zonas que ven las 4 estaciones, es decir, que viven el invierno.
Estas, aún cuando se encuentren viviendo en cautiverio, es posible que se sientan afectadas por el descenso de la temperatura y decidan pasar esos días en pleno descanso.
Sin embargo, las tortugas que provienen de climas tropicales no sufrirán este cambio, sino que permanecerán tan activas como es su costumbre.
La alimentación de las tortugas en invierno
Para las tortugas que hibernan, la alimentación será una de las actividades que dejarán de hacer porque, en general, solo se dedicarán a dormir.
Para soportar todos los días que pasarán sin consumir alimentos, las tortugas deben tener perfecto estado de salud y haber comido de manera abundante en los días previos.
Esto asegurará que sus procesos vitales sigan su ritmo y que la pérdida de peso durante esos días no llegue a afectarlas tanto que se ponga en riesgo su salud.
Las tortugas que no hibernan serán capaces de mantenerse comiendo de forma natural durante estos días.
El metabolismo y el invierno

Las bajas temperaturas provocan que el metabolismo de las tortugas se vaya haciendo cada vez más lento.
Esto implica que su necesidad energética se reduce y es por eso que empiezan, progresivamente, a dejar de comer hasta que llega el día en que no lo hacen más.
Y, aún cuando esté en una caja protegida y con calor suficiente, los cambios que ocurren en su entorno son capaces de sentirlos y responder en función a ellos.
El proceso de hibernación tiende a durar unas 10 semanas y, en ese período, las tortugas no sufrirán ningún problema de salud por falta de alimentos.
Cuando las tortugas empiecen a moverse tras el aumento progresivo de las temperaturas, le puedes ofrecer un poco de alimento e ir mejorando la cantidad a medida que se torne más enérgica.